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viernes, 3 de agosto de 2012

cartita susurrada.


el pelo me hizo una caricia en la nuca y me di vuelta pensando que era tu mano.
te extraño y hace ya tiempo te fuiste.
te hablo sin que estés.
te veo nublada cuando estoy casi por entrar al sueño.
cuando finalmente sueño escucho tu voz flotando.
tu nombre aún es perfecto a mis oídos.
me da miedo el amor que siento por vos.
será que crece porque nunca te lo dije.
te dije te quiero.
pero nunca te dije te amo.
y te amo.
espero que puedas escucharlo a miles de kilómetros.

miércoles, 6 de junio de 2012

Trueno/Saludo.

Un trueno:
tu saludo al Sol.

(Vos,)
Infiltrada hasta en la naturaleza.
El charco de agua debajo de mis pies
(Es tristeza.)
Me regalaste un paraguas
(Pero el agua germinó de abajo.)

Un huracán vendrá y llevará todo rastro de (tu) voz en mis oídos.
Ya no quedarán átomos del aire que alguna vez rodeó (tu) cuerpo.

Tormenta invertida,
(((¡Te extraño!)))

Tengo algo que gritarte:











.

viernes, 27 de abril de 2012

Hoy 22h, leo mis textos. Gratis.

Queridos: Hoy leo algunos de mis textos en el Pacha, a las 22h, y es gratis. La mayoría no están aquí. Queda a una cuadra de Av. Cordoba, pero la dirección exacta se pide por sms a mi celular o por inbox al link del evento en Facebook, que es el siguiente: http://www.facebook.com/events/273711072720318/ Quedan invitados. Que estén muy bien. Andrea.

martes, 27 de marzo de 2012

La tristeza parece no encontrar puerto, queda vagando en mí.

Tristeza infindable cabe en un cuerpo,
no así en un papel.
Honra preciada que corresponde únicamente a lo vivo.
O mejor, a lo humano.

Tranquilizantes.
No tranquilizan, adormecen el fervor de la olla prestes a explotar.

El dolor de la falta de lo obvio: la Verdad. No falta nada y sin embargo, casi todo.

El amor es mito; la bondad, comprensión, seguridad, amistad.
Lo único, la Tristeza



y la puta Locura.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Húmeda felicidad - cuando la felicidad se entromete entre las piernas.

Tu nombre me recuerda a brisa.

Me dispongo a olvidarte y sin embargo

quiero estar siempre donde la brisa me eleve del piso.


(No es Metafísica.

Es Amor.)


Luz verde. Sonido de lluvia.


Pienso en salir a mojarme - gotas en mis hombros,

pero me detiene ese hilo de brisa – colado por entre el oxígeno de escombros.


Y para qué si rebalso al pensarte

Y naufraga mi centro, de imaginarte.


Mejor me cierro me encierro me entierro bajo cuatro frazadas

No vaya a ser que me vea atrapada tapada raptada en un torbellino de la más perniciosa


húmeda felicidad.

sábado, 4 de febrero de 2012

Del desamor en el sub-ultimo túnel.

Ella, flor-vampiro del cielo.
En una época se las amaba más, se hablaba más de las flores. Hoy se piden plantas auto suficientes, nadie les dice: tomá, querida, agua.


Recuerdo cuando tu mano-pétalo tocó la mía, yo en forma de hoja. Me viste temblar ante una brisa fugaz, casi me quiebro pero me quisiste viva, por lo que germiné nuevamente y volví a ser.

Así fue como pasé a acostumbrarme a tus deseos, declives pendientes entre suavidad y aspereza.

Una tarde de letargo y sucumbiste a tu impulso: la campana tintinó pero retumbó en mis oídos, quisiste callar el grito que desesperaba por esperar, me manchaste de rojo.

Miré hacia el piso y vi el elixir. Era parte de mi propio cuerpo y no savia, sino saliva. En tus manos me había vuelto mujer-especie, flora florecida en quietud. Atormentaste a los pájaros alrededor, mutilaste un entierro macabro que sin embargo, rebalsaba de flores. Eran lo que restaba de mis células, partículas microscópicas que ofrecías a la Tierra. Me comían poco a poco las pequeñas vidas que merodeaban en túneles subterráneos. Adobe u ofrenda divina, jamás sabré si me espera una nueva vida del otro lado. Por hora, tiendo a la Infinitud.


Me volverías a matar de escuchar mis gemidos sobre el desamor compartido. Tus venas hincharían por el rojo-cliché saltando de mis palabras. No lo digas, no me digas nada, flor-vampiro. Suficiente con la oscuridad marrón que me rodea, el olor a mojado, mis amigas las hormigas. Aún no decido si aquí vivo mejor que a tu lado. Pero me aferro a lo seguro: aquí, no podré caer más bajo.